El Argumento a Favor de la Empleabilidad
Las matriculaciones en la educación terciaria están aumentando rápidamente. De 2000 a 2015, el número de estudiantes matriculados en todo el mundo aumentó de casi 100 millones a más de 214 millones. Se espera que esta cifra alcance más de 470 millones para 2035, con un salto de más del cuatro por ciento proyectado anualmente hasta 2050. Más del 85 por ciento de este crecimiento ocurrirá en los mercados emergentes, una tendencia al alza impulsada por el aumento de la población y la urbanización, los cambios geopolíticos y una revolución en la tecnología.
Sin embargo, existe una brecha significativa entre las aspiraciones del campo de la educación y la realidad:
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- El 20% de los 1.300 millones de jóvenes de entre 15 y 24 años están desempleados o no cursan estudios.
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- Según la investigación Vitae de la CFI, el 57% de los graduados no encuentra trabajo en su especialidad.
Resolver la desconexión entre lo que los estudiantes están aprendiendo, por un lado, y las necesidades de los mercados laborales, por el otro, es uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo. También es una oportunidad sin precedentes para las más de 19.600 instituciones de educación superior acreditadas que existen a nivel mundial para ir más allá de lograr la excelencia académica y adoptar la empleabilidad como un objetivo a perseguir activamente.
Para que los jóvenes sean productivos y empleables, las instituciones de educación superior deben equiparlos con habilidades relevantes para el mercado que combinen el conocimiento y el conocimiento técnico con las habilidades esenciales de empleabilidad. Para seguir siendo competitivas a medida que evolucionan los mercados laborales, estas instituciones deberán reevaluar continuamente su papel para seguir siendo relevantes, particularmente a medida que los nuevos participantes ágiles interrumpen el mercado a través de la innovación.
Foto cortesía de Universidad Continental
Para asegurar que los estudiantes hagan una transición rápida hacia carreras significativas, las instituciones de educación superior deberán cambiar a una nueva cultura que diseñe las habilidades de los estudiantes para adaptarse a un entorno de trabajo más digital donde las tareas cambian constantemente y se vuelven más automatizadas. Para tener éxito, las instituciones deben infundir habilidades esenciales de empleabilidad a través de la pedagogía moderna, como la expansión de los servicios y la orientación profesional, el crecimiento de las asociaciones de la industria para la investigación y el aprendizaje integrado en el trabajo, y la incorporación de los comentarios de la industria en el desarrollo del currículo y el diseño del programa.
Al ajustar su prestación de servicios y volverse más en sintonía con las necesidades del mercado, las instituciones pueden asegurar que todos los estudiantes perciban la educación superior como una inversión que vale la pena y que sirve como un punto de partida para convertirse en profesionales exitosos.
“Anteriormente, el valor residía en el conocimiento. Hoy, el valor reside en lo que uno puede hacer con ese conocimiento.”
David Garza Salazar, Presidente, Tecnológico de Monterrey
